A la hora de elegir un servicio de cloud computing es necesario conocer los diferentes modelos que hay en el mercado. Hace años lo único disponible era una escasa oferta de aplicaciones como un software ERP, correo electrónico o entornos virtuales de alta potencia.
Hoy disponemos de combinaciones y servicios mucho más complejos. Muchas empresas optan por externalizar sus sistemas de información y confiar en proveedores de servicios cloud.
Modelos de cloud computing
Podemos distinguir entre SaaS (Software as a Service o Software como Servicio), PaaS (Platform as a Service o Plataforma como Servicio) e IaaS (Infrastructure as a Service o Infraestructura como servicio). También tenemos los CaaS (Communications as a Service o Comunicaciones como Servicio), DaaS (Database as a Service o Base de datos como servicio) y XaaS o EaaS (Everything as a Service o Todo como Servicio).
SaaS
Es el más popular y el más extendido. Incluye todo el software dirigido a los usuarios finales para que no tengan que gestionar mantenimiento, hardware, sistema operativo, copias de seguridad ni almacenamiento. El Software as a Service permite al usuario usar el software alojado de forma remota desde cualquier lugar al estar alojado en la nube. Este suele ser un software bajo pedido y los clientes pagan por usarlo. Las ventajas son:
- Reducción de coste.
- Facilidad de uso.
Los inconvenientes:
- Integración con otras aplicaciones de la organización.
- Dependencia del proveedor.
Los servicios SaaS son, por ejemplo, las suites ofimáticas Office 365 o Google Apps for Work y productos como el CRM de Microsoft Dynamics o Salesforce.
PaaS
En este caso, hablamos de la plataforma como servicio. Suelen hacer falta conocimientos de informática avanzados para gestionarla. Por eso, están más pensadas para desarrolladores de aplicaciones que necesitan disponer de entornos para desplegar software sin tener que preocuparse del mantenimiento del hardware. Tanto AWS como Azure ofrecen este tipo de servicios. Entre las soluciones PaaS basadas en software libre destacan Docker y Kubernetes. Las ventajas son:
- Facilidad para la administración de la plataforma.
- Sencillez para el desarrollo propio.
- Facilidad de integración con el resto de la plataforma.
Los inconvenientes:
- Dependencia del proveedor.
- Dudas sobre la confidencialidad de los datos.
IaaS
Ahora hablamos de la infraestructura como servicio. Se trata de uno de los tipos de cloud computing que nos permite mayor control sobre el servicio en la nube. El usuario se encarga tanto del sistema operativo como del espacio en disco asignado o la escalabilidad de las aplicaciones. De todo menos del mantenimiento. Destacan proveedores como Azure, AWS, Google Cloud Platform. Sus ventajas son:
- Flexibilidad en relación a la infraestructura necesitada por el cliente.
- Rapidez de instalación.
- Facilidad al desplegar las aplicaciones del cliente.
El inconveniente:
- Es necesario soporte porque como está externalizado es más complicado resolver problemas.
La valoración de Imagar
En Imagar te aseguramos que es la opción ideal para la personalización del hardware o software subyacente o para establecer parámetros de seguridad más concretos que necesitan una nube privada o bases de datos aisladas.
Un servicio de cloud computing como el SaaS te permite beneficiarte del uso de aplicaciones sin tener que mantener y actualizar la infraestructura y componentes. Destaca la flexibilidad y la elasticidad del modelo SaaS. De hecho, las aplicaciones de correo, ERP, colaboración y oficina son las soluciones SaaS más aceptadas.
Elegir entre un IaaS o PaaS dependerá entre otras cosas de los recursos internos. La primera opción es recomendable en empresas que no disponen de su propio centro de datos y necesitan una infraestructura rápida y económica. Las empresas en las que encaja un IaaS son las tradicionales cuyas cargas de trabajo son variables y requieren menos capital. En ambos casos, las organizaciones solo pagarán por los servicios que utilicen.