Los servicios en la nube (cloud computing) permiten ofrecer servicios de computación a través de Internet, proporcionan recursos y software compartidos. Generalmente, los clientes no son propietarios de la infraestructura física, sino que recurren a un proveedor externo. Hace tiempo que las aplicaciones de negocio también dieron el salto a la nube dejando atrás los modelos tradicionales de software erp a través de Internet.
La creciente competitividad en todos los ámbitos hace que las empresas tengan que apostar por métodos y entornos de trabajo ágiles para ganar en eficiencia. En los últimos tiempos, los modelos de negocios As a Service (AAS) han crecido exponencialmente. ¿Por qué? Entre otras cosas, por la posibilidad de pago por uso y por la escalabilidad. Estas son dos de las ventajas esenciales de este modelo. El cloud computing también es esencial en su desarrollo. Por la utilización de una nube pública, privada o híbrida.
Qué demandan las empresas del modelo AAS
-IaaS (Infraestructura como servicio). Se trata de virtualizar los componentes de hardware que dependían de los equipos físicos “on-premise”. Por ejemplo, los servidores y sistemas de almacenamiento, los sistemas de seguridad y firewalls de red o los centros de datos. Los proveedores de IaaS se encargan del mantenimiento, del backup y de la seguridad de los datos de los clientes. Destacan aquí las plataformas Amazon Web Services (AWS) y Microsoft Azure, que te ayudamos a gestionar en Imagar.
-PaaS (Plataforma como servicio). En calidad de superconjunto de middleware, ofrece a los desarrolladores las bases de datos, infraestructuras y sistemas operativos listos para desarrollar código sin ocuparse del mantenimiento.
-SaaS (Software como servicio). Servicio al que se puede acceder a través de una web sin instalar la aplicación en los dispositivos. Por ejemplo, Netflix, Salesforces o las aplicaciones de Google (Gmail, Google Docs). En en estos casos, toda la infraestructura está en la nube controlada por el proveedor que administra y mantiene el hardware y el software. Este garantiza la disponibilidad y la seguridad de la aplicación y sus datos. Con un contrato de servicio el proveedor de aplicaciones SaaS permite a sus clientes ejecutar aplicaciones TI más rápida y económicamente que si ellos desarrollasen sus propias aplicaciones.
-XaaS (Todo como servicio). Este modelo está muy centrado en el cliente, que no tiene que poner en marcha un departamento TIC propio. La principal desventaja que tiene es la pérdida de control sobre los recursos de TI. Cada vez con más frecuencia, las empresas del ámbito de la Tecnología de la Información (TI) diseñan nuevos modelos de negocio basados en el “concepto como servicio”. Por ejemplo:
- Hardware como Servicio (HaaS, hardware as a service).
- Base de Datos como Servicio (DBaaS, database as a service).
- Recuperación ante Desastres como Servicio (DRaaS, disaster recovery as a service)Nube como Servicio (CaaS, Cloud as a service).
- Red de trabajo como Servicio (NaaS, network as a service).
- TI como servicio (ITaaS, IT as a service).
En resumen, la posibilidad de pago por uso y la escalabilidad son dos de las ventajas más importantes que ofrecen estos modelos de AAS respecto a los modelos de adopción de tecnología tradicionales. Los que hemos visto (IaaS, PaaS, SaaS y XaaS) son los más conocidos, pero ya están empezando a aparecer ofertas de HaaS, DBaaS, CaaS o NaaS.
¿La razón? Que la necesidad de implantar tecnologías y sistemas y de gestionar compromisos financieros que sean flexibles para ganar en competitividad hace que las empresas adopten métodos y entornos de trabajo ágiles para ganar en eficiencia. Esto beneficia a los modelos de negocio as-a-service (aaS).