En el marco de la pandemia de coronavirus, se han implementado muchas soluciones tecnológicas que en muchos casos parece que han llegado para quedarse. Como expertos en software erp queremos ver cuáles son las principales.
Una de ellas tiene que ver con la geolocalización. Se trata de que los operadores de telefonía móvil proporcionen información anónima de la ubicación de sus usuarios en las celdas de telefonía definidas por sus antenas. Las operadoras suelen recoger datos de posición de sus clientes. Lo calculan en función de la fuerza con que llegan las señales de cada móvil a esas antenas. Con esta información, se puede estimar qué números de teléfono hay en cada celda en determinado momento o dar una ubicación aproximada de cualquier teléfono móvil activo en una celda.
Esta información, sin anonimizar, puede ser requerida por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad con orden judicial. Anonimizada la utiliza por ejemplo el Instituto Nacional de Estadística. En el marco de la COVID-19, las operadoras han sido requeridas para proporcionar este tipo de información para poder ver los movimientos de población. Se ha de hacer una gestión cuidadosa y garantizar que el acceso a dicha información esté anonimizado
La geolocalización de móviles a partir de los datos de redes sociales es otra posibilidad. La dirección IP desde la que se accede a Internet puede ser conocida por los administradores de las páginas web para fines publicitarios. Estos datos personales tienen que ser recogidos con un fin previamente definido por las autoridades sanitarias. Hay que justificar que supone una mejora con respecto a otras fuentes de información a disposición de las autoridades.
Apps, webs y chatbots para citas previas
Hablamos aquí de un amplio grupo de soluciones informáticas que implementan por ejemplo test de preguntas y respuestas, consultas de información o el registro de citas previas en los servicios sanitarios.
En función de cómo estén desarrolladas estas apps y de cuáles sean sus objetivos pueden aparecer amenazas a la privacidad. En Imagar recordamos que no hay que olvidar que una app o una web es solo una interfaz para mostrar y llevar datos a un servidor. En general, si estas aplicaciones están bien construidas representan un importante beneficio porque acercan información y servicios de salud a las personas que las usan.
Apps de información voluntaria de contagios (COVAPPS)
Son aplicaciones móviles que han surgido a veces desde iniciativas ciudadanas y que buscan hacer sus propios mapas y estadísticas de propagación de la COVID-19 con datos proporcionados voluntariamente por los usuarios. Se trata de un entorno muy abierto y transparente basado en la colaboración desinteresada para subir datos de localización y datos de una eventual infección. Han de desarrollarse con todas las garantías de privacidad. No en vano, se están cediendo a los servidores en Internet datos de salud y localizaciones precisas. Es necesario disponer de una muestra significativa y que nadie, de forma maliciosa, proporcione información falsa o manipulada.
Apps de seguimiento de contactos por bluetooth (contact trace apps)
Estas aplicaciones usan la tecnología bluetooth de los teléfonos móviles para conectar con aparatos cercanos como auriculares, altavoces o relojes. Las apps lo utilizan para enviar la tarjeta correspondiente al usuario con los móviles que se va encontrando en su camino y a la vez recolecta las tarjetas de esos mismos móviles. Cada tarjeta no tiene una identificación real del usuario, sino un apodo.
Las principales amenazas a la privacidad de este tipo de soluciones tiene que ver con los mapas de relaciones entre personas, con la reidentificación por localización implícita y con la fragilidad de los protocolos a la hora construir tarjetas casi anónimas. El tratamiento de la información no solo afecta al usuario de la aplicación sino también a terceros.